#ElPerúQueQueremos

Roberto Gutiérrez

Publicado: 2020-07-26
Roberto es un miraflorino de toda la vida, amigo de la infancia; parte del grupo de niños que jugábamos todo el día en la calle, luego de cumplir con las tareas. Dedicado ahora a temas de seguridad, y con la experiencia de la cuarentena por la pandemia Covid 19, está adaptando mejores maneras para administrar su negocio. Orgulloso de su familia, vive feliz con su esposa, cerca de sus hijas, nietos y su madre, la querida señora Haydeé.

¿Cómo está tu mamá?
Bien, ahora la tengo cerca. Antes vivía en Diego Ferré y ahora estoy en Colón. Mi hermano vivía en Villa y se llevó a mi mamá. Luego mi hermano se fue a Oxapampa y me traje a mi mamá cerca de mi. Ya está por cumplir los 90.
Cuéntame de Carlos
Mi hermano estudió Veterinaria; puso su consultorio en Mendiburu, después se fue a Villa, donde hizo su consultorio. Paralelamente y con el tiempo, iba comprando terrenos comunitarios en Puerto Bermúdez, Puerto Inca y ahora en Oxapampa. Hace año y medio se mudó definitivamente; tiene sus cultivos, y ejerce su profesión.
Habrá ampliado enormemente su atención a los animales.

Sí, allá es ganadería. 

Tenemos un hermano de crianza; sus padres murieron y se quedó con nosotros, mi mamá lo acogió. El fue gerente de una mina. Y vio de comprar tierras en Oxapampa, también; uno jaló al otro. A los dos les gusta el campo.

¿Y qué ha sido de tu vida en todo este tiempo, a qué te has dedicado?

Saliendo de la universidad entré a trabajar a una empresa de seguridad, una compañía americana. Luego hicimos una compañía de seguridad con unos socios, hace 34 años. De ahí nos quedamos dos socios, cerré esa empresa y abrimos otra, que ya tiene 25 años en el mercado. Con la pandemia hemos seguido trabajando, más limitados en la parte administrativa. Aunque a distancia, funciona. Los operativos sí van a sus puestos. Hubo clientes que tuvieron que cerrar, los de atención al público; no tenía sentido para ellos continuar. Pero la mayoría de mis clientes son grandes y continuaron.   

Así pensamos quedarnos hasta fin de año. Para mi esta cosa del trabajo a distancia se queda. Para la empresa es un ahorro; no consumes una serie de cosas, limpieza y todo lo que se consume en oficina; y el personal, los trabajadores, para ellos también es un ahorro en pasajes, refrigerios, hasta ropa. Tenía trabajadores que solo en movilizarse gastaban tres o más horas, y ya no lo tienen que hacer. Es una ventaja enorme. Si la cosa sigue adelante, con trabajo remoto, perfecto.

¿En qué universidad estudiaste, qué especialidad?
Estudié administración. Obtuve el bachillerato. Tu eres coach ¿no?
Sí, ayuda mucho el coaching, a nivel personal y en las empresas, también.
Sí, he asistido a sesiones de coaching en alguna oportunidad. Nuestro coach en la empresa falleció, era Javier Bellina. Nos incentivaba a las sesiones de coaching.
Te casaste bien jovencito

Yo tenía 20 años y Beatriz, 16. Acabamos de cumplir 46 años de casados. Tenemos tres hijas únicas. La mayor le lleva a la segunda diez años, y la segunda a la tercera, diez años. Marta, la mayor, se casó y se fue a vivir a EEUU. Tengo un nieto de 19 años en EEUU, en Kendall, Miami. La hermana de Beatriz también está allá. Y por el nieto, viajamos. 

Mi segundo nieto, hijo de mi tercera hija, Cristina, acaba de cumplir 6 años. Se llama Noah y está por acá, porque vive conmigo. Son dos nietos: Mario, el mayor, y Noah, el menor.

Y ahora en la pandemia, ¿qué estás ganando en lo personal?
Al principio fue un alivio, hasta cierto punto, porque la oficina me estaba acogotando. Me dio un respiro. Hubo tres meses en que no se movía nada. Me refiero a antes de la pandemia. Tenía problemas porque el negocio es gente, cada operativo es una problemática. Presiones por todas partes. Y ya estaba un poco cansado. La cuarentena me sirvió para darme cuenta que puedo retirarme sin problema. Esa es la parte anecdótica. Por otra parte, nos asustó a todos. Nos obligó a acomodarnos a unas circunstancias totalmente diferentes. Por ejemplo, los quehaceres de la casa, a los que no estaba acostumbrado; empecé a hacerlos. Y ahora siento que se me van quedando estas costumbres, ordeno mis cosas, que antes no lo hacía. Dispongo de más tiempo; se han cambiado las perspectivas.
¿Qué te acogotaba en la oficina?
Mira, no soy de izquierda ni de derecha, pero la que teníamos de ministra de trabajo, usaba a la Sunafil como un arma, y los empresarios éramos unos monstruos. Hemos tenido juicios con Sunafil como no tienes idea. Para que veas lo gracioso (así lo puedo decir ahora) del asunto, una vez nos llegó una multa de 1´800,000.
¿Por qué, cómo así?
Para que veas el libertinaje de estos inspectores. Teníamos como cliente a una caja municipal en Arequipa, pero estábamos en un local que tenían en Ica. Fue la inspección del Ministerio de Trabajo, el vigilante pide autorización al administrador y el administrador no autoriza el ingreso. Entonces el vigilante sale a decir eso. - Ah, ¿eso dice?, reacciona el inspector. Entonces el de Sunafil busca el Ruc de la empresa de vigilancia, asumiendo que era local de nuestra empresa y por la inspección nos notifican allí, donde no es nuestro domicilio. El jefe regional avala la situación y nos lanzan la multa. Eso nos llevó a uno de los tantos juicios… La política es muy negativa con los empresarios. Imagino que han puesto al nuevo ministro para que más bien, nos apoye; los sobrecostos son muy altos, más altos que en muchos sitios. Lo que no permite la formalidad. Muchas trabas hay.
Estarás más tiempo disfrutando con tu nieto

El trabajo a distancia me ha funcionado muy bien, pero la educación a distancia no está funcionando tan bien. Si en el colegio se distraen, acá en la casa es más difícil. Le digo a Noah: - Oye, ¿tu estás en clase? - Sí, papapa – me responde, pero no lo veo tan metido. Mi nieto, que no tiene amigos cercanos en su barrio, extraña a sus amigos del colegio. Están encerrados mucho tiempo. 

Mi nieto está en primer grado. Ahora, entre juego y juego vamos practicando números y letras. Me ha hecho recordar que a mi nieto mayor le enseñaba a contar en los semáforos; diez, nueve, ocho, siete…

En verano solemos ir con los nietos a Punta Hermosa. Los papás de Marcelo, mi yerno, también pasan el verano allá. Y al ser descendientes de alemanes, mi nieto entiende las cosas cotidianas perfectamente.

Cuéntame de tus hijas

Mi hija Andrea vive en la quinta donde vive mi mamá. Se acompañan. Ella tiene su pareja, pero no tiene bebés. Se dedica a su negocio; tiene su marca: The folk. Le sirvió la pandemia porque los grandes almacenes no le recibían sus productos. Tenía en stock y todo lo vendió. Son diseños independientes que se venden por internet. Ahora sale a repartir todos los días. Trabaja con diferentes confeccionistas, unos tejen, otros hacen diferentes partes, según los diseños. Y también importa.   

Cristina vive con nosotros, tiene un negocio de cocina, hace delivery de comida sana, frutas, panqueques dietéticos. Su marca es Morea. Su producto de bandera es el acai, - que es un fruto brasilero. Es como una cremolada; lo mezclan con distintas frutas y le puedes agregar cosas; hace también sus sándwiches. Lo vendían en Punta Hermosa, y de ahí tomaron la idea y poco a poco han ido ampliando.

Imagino que habrá tenido dificultades en la cuarentena

Sí, se le acabaron los envases y el mercado central estaba cerrado. Tuve que ponerse a buscar para conseguir quién los hacía. Están normalizando sus proveedores. 

Mi hija mayor es controller de una compañía bien grande. Ve la parte de control bajo dos modalidades, en la construcción de carreteras con el Estado. Si es contratista, le cobra al Estado presentando avances y planillas. Y como supervisora, controla eso mismo.

Se encargaron, por ejemplo, del túnel de Bayside hasta Miami. Su trabajo es chequear los avances, como ejecutora o como supervisora. Mi hija estudió cursos para el tema de construcción, es técnica en construcción; tiene su licencia. Dio su examen de suficiencia, pero antes su jefe le dio tres exámenes modelos. Aprobó a la primera.

Mi hija allá trabaja a distancia, le han aceptado.

Una trome! Tu nieto mayor ¿cómo está haciendo ahora con los estudios?, en Miami la cosa se ha complicado.
El año pasado terminó el college. Sí, se le complicó con la pandemia. Y un amigo de la infancia!, es anestesista en EEUU. Era el primero que se levantaba en el chat de wsp y el primero en saludar. Hace tres semanas le dio un accidente vascular, pero por estar colapsado el sistema, nadie lo puede visitar en el hospital. Una pena.
Cómo nos afecta la pandemia ¿no?

Mi sobrino allá tiene como 40 años. Tío - me dice, no pasa nada. Pero mi prima tiene una situación delicada y hay que cuidarla. 

Mi guardián de la casa de la playa, super trabajador, sano, menor que yo, en tres días se lo llevó el coronavirus. Me ha dado una pena, veintitantos años lo conocía; me construyó parte de la casa. Hasta ahorita me parece mentira. Cuando regrese a Punta Hermosa, lo voy a extrañar. Me ha afectado mucho.

Del Club Terrazas también han fallecido dos bellísimas personas. Al regresar, ellos faltarán.

No me has hablado de tu esposa
Yo salía un día si, un día no. Ella no sale ahora. Es recontra hacendosa y a ella le preguntan todo lo relacionado con los arreglos de la casa. Fue durante años costurera, tenía una clientela muy buena. Veinte años, por lo menos. Hará diez años o algo más, dejó la costura. En manualidades es excelente.
En coaching se suele preguntar al final de la conversación ¿qué no te pregunté que hubieras querido que te pregunte?
Bueno, ha sido muy bonito recordar nuestra infancia feliz. Es indiscutible. Menos mal nosotros la vivimos bien. Nuestros juegos eran actividades físicas, siempre estabas haciendo algo, siempre había con quién jugar, divertidos, en equipos, mata gente, bata. Ahora los juegos son individuales.
¿Te acuerdas cuando trepábamos los arboles?
Era lo normal. Frente al Mater había unos árboles, ahora solo hay vereda. La rama que me parecía altísima, estaba a un metro. Del barrio me escribo a veces con los Valdizán, con Lucho y Guayo. Lucho es pintor y Guayo es fotógrafo. Javier Montenegro es de la “plazuela”, que así se llama nuestro chat, también. Hoy es su santo. Javier Ortiz de la Puente Ludmark. Lucho Quevedo terminó de estudiar y se fue a España. Vino a fines del año pasado, creo, porque Paco falleció.
Qué pena, no sabía. Quedemos para tomar un café.
De todas maneras.

Escrito por

Ana María Escudero

Licenciada en Sociología, miraflorina de toda la vida, interesada en temas vecinales y políticos, deseosa de comunicar sobre ser miraflorino


Publicado en

Miraflorinos de Siempre

Este blog busca crear una comunidad donde los vecinos miraflorinos de siempre puedan compartir sus experiencias de vida y se proyecten.